lunes, 5 de diciembre de 2011

Capítulo III.- El problema del valor cuantitativo (Sweezy)

III.   EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

1.      El primer paso
En TODA Sociedad, desde la más primitiva hasta la más avanzada, es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad. Lo que cambia en el curso de la historia es el modo de organizar y llevar a cabo estas actividades de producción y distribución.
   El valor de cambio es un aspecto de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva en una sociedad productora de mercancías. El estudio del valor de cambio mismo es sólo el comienzo de la ciencia económica.
   Las mercancías se cambian unas por otras en el mercado en ciertas proporciones; absorben también cierta cantidad de la fuerza de trabajo total disponible en la sociedad. ¿Cuál es la relación entre estos dos hechos? Marx supone que existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo.
   En la determinación del valor no debe tomarse en cuenta más trabajo que el “socialmente necesario”. El tiempo de trabajo socialmente necesario es el que se requiere para producir un artículo en las condiciones normales de la producción y con el grado medio de habilidad e intensidad comunes en un momento dado.
   Según Marx las mercancías se cambian unas por otras en proporción a la cantidad de trabajo socialmente necesario incorporada en cada una.

2. El papel de la competencia
La oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla. A la inversa, se establecerán precios proporcionales a los tiempos de trabajo sólo en caso de que las fuerzas competidoras de la oferta y la demanda puedan trabajar libremente.
   El momento en que oferta y demanda se equilibran mutuamente, el precio de mercado de una mercancía coincide con su valor real.

3.    El papel de la demanda
A Marx se le acusa a menudo de haber ignorado el papel de la demanda, en el sentido de las necesidades y los deseos de los consumidores, en las relaciones de valor cuantitativo.
   El problema del valor cuantitativo es más amplio que la mera cuestión de las proporciones del cambio.
   Si se desea conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, es necesario contar con dos clases de información: en primer lugar, la información sobre el costo relativo en trabajo; y en segundo lugar, la información sobre la intensidad relativa de la demanda de uno y otro. Con esto, es posible determinar lo que puede llamarse el equilibrio económico general de la sociedad en cuestión.
   El valor de uso de las cosas sigue siendo un prerrequisito. El valor de uso de las mercancías individuales depende de la necesidad particular que cada una satisface. Pero el valor de uso de la masa social de productos depende de la medida en que satisface en cantidad, de manera adecuada, una necesidad social precisa de cada clase particular de producto, de modo que el trabajo se distribuye proporcionalmente entre las distintas esferas de acuerdo con estas necesidades sociales, que son precisas en cantidad.
   ¿Por qué Marx no trabajó en la dirección de sus contemporáneos, en la elaboración de una teoría de la opción de los consumidores? Hay una serie de razones:
   Bajo el capitalismo la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores. Más importante aún es la cuestión básica de la distribución del ingreso, que a su vez es un reflejo de las relaciones de producción, o, de lo que los marxistas llaman la estructura de clase de la sociedad.
   En la medida en que se acepta la proposición de que la demanda del mercado está dominada por la distribución del ingreso, parecería que no podemos escapar del todo a la conclusión de que los problemas del valor deben ser abordados por la vía de las relaciones de producción. La teoría del valor está hecha para tomar plenamente en consideración las relaciones productivas peculiares a la producción simple de mercancías.
   La necesidad de los consumidores. Aunque la importancia de éstas es limitada, es indudable, sin embargo, que sí juegan un papel en determinar la asignación de los esfuerzos productivos de la sociedad.
Las necesidades son un reflejo del desarrollo técnico y organizacional de la sociedad, y no viceversa. “El modo de producción de la vida material determina el carácter general de los procesos sociales, políticos y espirituales de la vida”.
   Los economistas ortodoxos se han visto generalmente obligados en la práctica a reconocer la primacía de la producción y de la distribución del ingreso, siempre que tocan las cuestiones de la evolución económica.

4.    Ley del valor” vs. “Principio de planeación”
Lo que Marx llamaba “la ley del valor” resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías, que regula:
a)      las proporciones del cambio de mercancías,
b)      la cantidad producida de cada una, y
c)      la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de producción.
La condición básica para la existencia de una ley del valor es una sociedad de productores privados que satisfagan sus necesidades por el cambio entre ellos. Las fuerzas actuantes incluyen, por una parte, la productividad del trabajo en las diferentes ramas de la producción y la norma de las necesidades sociales modificada por la distribución del ingreso; y, por otra parte, las fuerzas equilibradoras de la oferta y la demanda concurrentes en el mercado. La ley del valor es esencialmente una teoría de equilibrio general desarrollada en primer término con referencia a la producción simple de mercancías y adaptada después al capitalismo.
   Esto implica el que una de las principales funciones de la ley del valor es la de aclarar que en una sociedad productora de mercancías existe el orden y no simplemente el caos. Nadie decide cómo se debe asignar el esfuerzo productivo, o cuánto se debe producir de las diversas clases de mercancías. La función de la ley del valor consiste en explicar cómo sucede esto y cuál es el resultado.

   En la medida en que la asignación de la actividad productiva es sometida a un control consciente, la ley del valor pierde su pertinencia y su importancia; el principio de la planeación la sustituye. El valor y la planeación son tan opuestos entre sí como el capitalismo y el socialismo.

5.      El valor y el precio de producción
   El precio es tan sólo la expresión monetaria del valor.
   Los precios de producción son modificaciones de los valores.
                                                                                                        
6.      Precio de monopolio
   La introducción de elementos de monopolio en la economía dificulta el funcionamiento de la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio. El control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda.
Desde un punto de visa analítico, las discrepancias entre el precio de monopolio y el valor no están sometidas a ningunas reglas generales, como sucede con las discrepancias entre el precio de producción y el valor.
   Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; las relaciones de valor cualitativo, no. La existencia del monopolio en sí misma no altera las relaciones sociales básicas de la producción a través del cambio privado de los productos individuales del trabajo. Ni cambia el hecho de que cada una representa cierta porción del tiempo de la fuerza de trabajo total de la sociedad. Aun bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo, a pesar del hecho de que las relaciones cuantitativas precisas implicadas en la ley del valor han dejado de ser válidas.

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