martes, 20 de diciembre de 2011

Sinfonía n. 9 de Beethoven

He elegido la musicalización del poema de Friedrich Schiller "Oda a la Alegría" en la Novena Sinfonía  de Beethoven, que suele interpretarse en actos de independencia nacional o de celebración, como aquella famosa ocasión en que la dirigió Leonard Bernstein para celebrar la caída del Muro de Berlín, y la tradición japonesa de tocarla para celebrar el Año Nuevo.

Me ha parecido oportuno añadir la transcripción del texto, para poder disfrutar más el contenido de esa maravillosa 9 Sinfonía que tantas veces hemos y vamos a escuchar, afortunadamente.

Texto original en lengua alemana


Bariton Solo

O Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
und freudenvollere.
Freude! Freude!

Quartett mit Chor

Freude, schöner Götterfunken,
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt.

Wem der große Wurf gelungen,
Eines Freundes Freund zu sein,
Wer ein holdes Weib errungen,
Mische seinen Jubel ein!
Ja, wer auch nur eine Seele
Sein nennt auf dem Erdenrund!
Und wer´s nie gekonnt, der stehle
Weinend sich aus diesem Bund!

Freude trinken alle Wesen
An den Brüsten der Natur,
Alle Guten, alle Bösen
Folgen ihrer Rosenspur.
Küsse gab sie uns und Reben,
Einen Freund, geprüft im Tod.
Wollust ward dem Wurm gegeben,
Und der Cherub steht vor Gott.

Tenor Solo & Chor

Froh, wie seine Sonnen fliegen
Durch des Himmels prächtgen Plan,
Laufet, Brüder, eure Bahn,
Freudig wie ein Held zum Siegen.

Chor

Seid umschlungen, Millionen!
Diesen Kuss der ganzen Welt!
Brüder - überm Sternenzelt
Muss ein lieber Vater wohnen.

Ihr stürzt nieder, Millionen?
Ahnest du den Schöpfer, Welt?
Such ihn überm Sternenzelt,
Über Sternen muss er wohnen.

Chor

Freude, schöner Götterfunken,
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt.

Freude, schöner Götterfunken,
Tochter aus Elysium,
Freude, schöner Götterfunken!



 
Solo de el baritono

¡Oh amigos, cesad esos ásperos cantos!
Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría.
¡Alegría, alegría!

Solo de Cuarteto de voces y Coro

¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste, en tu santuario!
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
y todos los hombres serán hermanos
bajo tus alas bienhechoras.

Quien logró el golpe de suerte,
de ser el amigo de un amigo.
Quien ha conquistado una noble mujer
¡Que una su júbilo al nuestro!
¡Sí! que venga aquel que en la Tierra
pueda llamar suya siquiera un alma.
Pero quien jamás lo ha podido,
¡que se aparte llorando de nuestro grupo!

Se derrama la alegría para los seres
por todos los senos de la Naturaleza.
todos los buenos, todos los malos,
siguen su camino de rosas.
Ella nos dio los besos y la vid,
y un amigo probado hasta la muerte;
Al gusanillo fue dada la Voluptuosidad
y el querubín está ante Dios.

Solo de Tenor y Coro Masculino

Alegres como vuelan sus soles,
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta
Alegres, como el héroe hacia la victoria.

Coro

¡Abrazaos Millones de seres!
¡Este beso al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Debe habitar un Padre amante.

¿Os prosternáis, Millones de seres?
¿Mundo presientes al Creador?
Búscalo por encima de las estrellas!
¡Allí debe estar su morada!

Coro

¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste, en tu santuario!
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
y todos los hombres serán hermanos
bajo tus alas bienhechoras.

¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Alegría, bella chispa divina!

La letra del movimiento es una adaptación no literal de Beethoven sobre la "Oda a la Alegría" (versión definitiva de 1808) de Friedrich Schiller  y el texto en negrita es añadido por el propio Beethoven por motivos de ritmo o necesidad musical en el poema.

Imagen del desempleo en España

Esta imagen muestra una gran realidad social en nuestro país, el gran problema del desempleo.
El desempleo, que marcaba un mínimo histórico durante la primavera de 2007 con 1,76 millones de personas (un 7,95% de la población activa), pasó a registrar un máximo histórico en el primer trimestre de 2011 con 4,91 millones de personas (un 21,29%), llegando el paro juvenil (desempleados menores de 25 años) al 45%.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Capítulo IV.- Plusvalía y Capitalismo (Sweezy)

IV. PLUSVALÍA Y CAPITALISMO

Es IMPORTANTE no confundir la producción de mercancías en general con el capitalismo. El capitalismo implica la producción de mercancías. Un alto grado de desarrollo de la producción de mercancías es un prerrequisito necesario para la aparición del capitalismo.

1.    El capitalismo
   Bajo la producción simple de mercancías, cada productor posee y trabaja con sus propios medios de producción; bajo el capitalismo la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro realiza el trabajo. Tanto los medios de producción como la fuerza de trabajo, son mercancías; es decir, unos y otra son objetos de cambio y, por lo mismo, portadores de valor de cambio. También las relaciones entre propietarios y no propietarios tienen el carácter de relaciones de cambio. Lo primero es característico de la producción de mercancías en general, lo segundo, del capitalismo solamente. La compra y venta de la fuerza de trabajo es la diferencia específica del capitalismo.
   En la producción simple de mercancías el productor vende su producto a fin de comprar otros productos que satisfagan sus necesidades específicas. Empieza con Mercancías, las convierte en Dinero, y de ahí, una vez más, en Mercancías. Las Mercancías constituyen el principio y el fin de la transacción. Marx designa este circuito, simbólicamente, como M-D-M. Bajo el capitalismo, el capitalista, actuando en su calidad de tal, se presenta en el mercado con Dinero, compra Mercancías (fuerza de trabajo y medios de producción) y entonces, después de cumplido un proceso de producción, vuelve al mercado con un producto que convierte una vez más en Dinero. Este proceso se designa como D-M-D. Es, sin duda, evidente que si la D del comienzo tiene la misma magnitud que la del fin, todo el proceso carece de sentido. De ahí que el único proceso significativo desde el punto de vista del capitalista sea D-M-D´, en el que D´ es mayor que D. La transformación cualitativa del valor de uso es reemplazada aquí por la expansión cuantitativa del valor de cambio como objetivo de la producción. El capitalista sólo tiene por qué desembolsar dinero a cambio de fuerza de trabajo, medios de producción, si en esa forma puede adquirir una cantidad mayor de dinero. El incremento del dinero, la diferencia entre D´y D, es lo que Marx llama plusvalía.
   La circulación de capital, por lo tanto, no tiene límites. El poseedor de dinero se convierte en capitalista.

2.    El origen de la plusvalía
   Para descubrir el origen de la plusvalía es necesario ante todo analizar el valor de la mercancía fuerza de trabajo. Cuando decimos que la fuerza de trabajo es una mercancía, no queremos decir que el trabajo mismo sea una mercancía.
El trabajo es el uso de la fuerza de trabajo. Por tanto, la fuerza de trabajo es el trabajador mismo.
   Puesto que la fuerza de trabajo es una mercancía, debe tener un valor como cualquier otra mercancía. ¿Cómo se determina el valor de “esta mercancía peculiar”? Marx responde a esta cuestión: El valor de la fuerza de trabajo se determina por el tiempo de trabajo necesario para la producción, y, en consecuencia, también para la reproducción de este artículo especial…
   El valor de la fuerza de trabajo se reduce al valor de una cantidad más o menos precisa de mercancías ordinarias.
   El capitalista llega al mercado con dinero y compra maquinaria, materiales y fuerza de trabajo. Los combina después en un proceso de producción del que resulta un volumen de mercancías que son lanzadas nuevamente al mercado. Marx supone que el capitalista compra lo que compra a sus valores de equilibrio y vende lo que vende a su valor de equilibrio. Y sin embargo, al final tiene más dinero que cuando comenzó. En algún punto del proceso se ha creado más valor o plusvalía. El valor en exceso = plusvalía que el capitalista puede tomar para sí.
   La jornada de trabajo puede dividirse en dos partes:
-          Trabajo necesario
-          Trabajo excedente
Bajo las condiciones de la producción capitalista el producto del trabajo necesario va a poder del obrero en forma de salario, mientras que el capitalista se apropia el producto del trabajo excedente en la forma de plusvalía.

3.    Los componentes del valor
   El valor de cualquier mercancía producida en las condiciones del capitalismo se puede dividir en tres partes:
  1. El valor de los materiales y la maquinaria usados. Capital constante (c).
  2. La que restituye el valor de la fuerza de trabajo. Produce un excedente, una plusvalía. Capital variable (v).
  3. Es la plusvalía misma (p).
Podemos formular así el valor de una mercancía: c + v + p = valor total – Teoría económica de Marx.

4.    La tasa de la plusvalía
La tasa de la plusvalía se define como la proporción de la plusvalía con respecto al capital variable (p´): p/v = p´= tasa de la plusvalía.
La tasa de la plusvalía es la forma capitalista de lo que Marx llama la tasa de explotación, es decir, la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario.
   La tasa de explotación es aplicable a todas las sociedades de explotación, mientras que la tasa de plusvalía sólo se aplica al capitalismo.
   La magnitud de la tasa de la plusvalía está determinada por tres factores:
  1. La duración del día de trabajo.
  2. La cantidad de mercancías que entran en el salario real.
  3. La productividad del trabajo.
5.    La composición orgánica del capital
   La segunda proporción que se deriva de la fórmula anterior, es una medida de la relación del capital constante con el capital variable, en el capital total usado en la producción. Marx llama a esta relación la composición orgánica del capital: c/c + v = o = composición orgánica del capital.
   La composición orgánica del capital es una medida de la amplitud en que el trabajo es provisto de materiales, instrumentos y maquinaria en el proceso productivo.

6.    La tasa de la ganancia
Para el capitalista la proporción crucial es la tasa de la ganancia o la proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total del capital (g): p/c + v = g = tasa de la ganancia.
   La tasa de la ganancia es dependiente de las dos variables más fundamentales, la tasa de la plusvalía y la composición orgánica del capital.
   Todo capitalista que logre mantener una ventaja en cuanto a métodos técnicos puede disfrutar de una tasa más alta de la plusvalía y de una tasa más alta de la ganancia.
  


lunes, 5 de diciembre de 2011

Capítulo III.- El problema del valor cuantitativo (Sweezy)

III.   EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

1.      El primer paso
En TODA Sociedad, desde la más primitiva hasta la más avanzada, es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad. Lo que cambia en el curso de la historia es el modo de organizar y llevar a cabo estas actividades de producción y distribución.
   El valor de cambio es un aspecto de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva en una sociedad productora de mercancías. El estudio del valor de cambio mismo es sólo el comienzo de la ciencia económica.
   Las mercancías se cambian unas por otras en el mercado en ciertas proporciones; absorben también cierta cantidad de la fuerza de trabajo total disponible en la sociedad. ¿Cuál es la relación entre estos dos hechos? Marx supone que existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo.
   En la determinación del valor no debe tomarse en cuenta más trabajo que el “socialmente necesario”. El tiempo de trabajo socialmente necesario es el que se requiere para producir un artículo en las condiciones normales de la producción y con el grado medio de habilidad e intensidad comunes en un momento dado.
   Según Marx las mercancías se cambian unas por otras en proporción a la cantidad de trabajo socialmente necesario incorporada en cada una.

2. El papel de la competencia
La oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla. A la inversa, se establecerán precios proporcionales a los tiempos de trabajo sólo en caso de que las fuerzas competidoras de la oferta y la demanda puedan trabajar libremente.
   El momento en que oferta y demanda se equilibran mutuamente, el precio de mercado de una mercancía coincide con su valor real.

3.    El papel de la demanda
A Marx se le acusa a menudo de haber ignorado el papel de la demanda, en el sentido de las necesidades y los deseos de los consumidores, en las relaciones de valor cuantitativo.
   El problema del valor cuantitativo es más amplio que la mera cuestión de las proporciones del cambio.
   Si se desea conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, es necesario contar con dos clases de información: en primer lugar, la información sobre el costo relativo en trabajo; y en segundo lugar, la información sobre la intensidad relativa de la demanda de uno y otro. Con esto, es posible determinar lo que puede llamarse el equilibrio económico general de la sociedad en cuestión.
   El valor de uso de las cosas sigue siendo un prerrequisito. El valor de uso de las mercancías individuales depende de la necesidad particular que cada una satisface. Pero el valor de uso de la masa social de productos depende de la medida en que satisface en cantidad, de manera adecuada, una necesidad social precisa de cada clase particular de producto, de modo que el trabajo se distribuye proporcionalmente entre las distintas esferas de acuerdo con estas necesidades sociales, que son precisas en cantidad.
   ¿Por qué Marx no trabajó en la dirección de sus contemporáneos, en la elaboración de una teoría de la opción de los consumidores? Hay una serie de razones:
   Bajo el capitalismo la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores. Más importante aún es la cuestión básica de la distribución del ingreso, que a su vez es un reflejo de las relaciones de producción, o, de lo que los marxistas llaman la estructura de clase de la sociedad.
   En la medida en que se acepta la proposición de que la demanda del mercado está dominada por la distribución del ingreso, parecería que no podemos escapar del todo a la conclusión de que los problemas del valor deben ser abordados por la vía de las relaciones de producción. La teoría del valor está hecha para tomar plenamente en consideración las relaciones productivas peculiares a la producción simple de mercancías.
   La necesidad de los consumidores. Aunque la importancia de éstas es limitada, es indudable, sin embargo, que sí juegan un papel en determinar la asignación de los esfuerzos productivos de la sociedad.
Las necesidades son un reflejo del desarrollo técnico y organizacional de la sociedad, y no viceversa. “El modo de producción de la vida material determina el carácter general de los procesos sociales, políticos y espirituales de la vida”.
   Los economistas ortodoxos se han visto generalmente obligados en la práctica a reconocer la primacía de la producción y de la distribución del ingreso, siempre que tocan las cuestiones de la evolución económica.

4.    Ley del valor” vs. “Principio de planeación”
Lo que Marx llamaba “la ley del valor” resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías, que regula:
a)      las proporciones del cambio de mercancías,
b)      la cantidad producida de cada una, y
c)      la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de producción.
La condición básica para la existencia de una ley del valor es una sociedad de productores privados que satisfagan sus necesidades por el cambio entre ellos. Las fuerzas actuantes incluyen, por una parte, la productividad del trabajo en las diferentes ramas de la producción y la norma de las necesidades sociales modificada por la distribución del ingreso; y, por otra parte, las fuerzas equilibradoras de la oferta y la demanda concurrentes en el mercado. La ley del valor es esencialmente una teoría de equilibrio general desarrollada en primer término con referencia a la producción simple de mercancías y adaptada después al capitalismo.
   Esto implica el que una de las principales funciones de la ley del valor es la de aclarar que en una sociedad productora de mercancías existe el orden y no simplemente el caos. Nadie decide cómo se debe asignar el esfuerzo productivo, o cuánto se debe producir de las diversas clases de mercancías. La función de la ley del valor consiste en explicar cómo sucede esto y cuál es el resultado.

   En la medida en que la asignación de la actividad productiva es sometida a un control consciente, la ley del valor pierde su pertinencia y su importancia; el principio de la planeación la sustituye. El valor y la planeación son tan opuestos entre sí como el capitalismo y el socialismo.

5.      El valor y el precio de producción
   El precio es tan sólo la expresión monetaria del valor.
   Los precios de producción son modificaciones de los valores.
                                                                                                        
6.      Precio de monopolio
   La introducción de elementos de monopolio en la economía dificulta el funcionamiento de la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio. El control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda.
Desde un punto de visa analítico, las discrepancias entre el precio de monopolio y el valor no están sometidas a ningunas reglas generales, como sucede con las discrepancias entre el precio de producción y el valor.
   Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; las relaciones de valor cualitativo, no. La existencia del monopolio en sí misma no altera las relaciones sociales básicas de la producción a través del cambio privado de los productos individuales del trabajo. Ni cambia el hecho de que cada una representa cierta porción del tiempo de la fuerza de trabajo total de la sociedad. Aun bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo, a pesar del hecho de que las relaciones cuantitativas precisas implicadas en la ley del valor han dejado de ser válidas.